viernes, 20 de julio de 2007

Ombligo

Hay diversas costumbres y creencias en torno al cordón umbilical de los recién nacidos; a veces lo entierran en el patio de los solares con la creencia de que esta práctica generará el arraigo del individuo en la tierra que lo vio nacer; otras, lo colocan en el cimiento de las casas con la esperanza de que la membrana otorgue solidez a las contrucciones. Se da el caso de quienes llevan el ombligo de un lado a otros en un frasco, conforme se cambian de casa.


Mi ombligo está en Potrerillos

Mi amor en el Barrancón
En Magüiras tengo amigos
En la Laja y el Troncón
Y en Santa Rosa hay testigos
Que soy un hombre de honor.

      (J. Guadalupe Carmona, canción “Hualahuises”)

Véase: Niños.

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