martes, 24 de febrero de 2009

Bruja, o.

En décadas pasadas fue más patente en Nuevo León la creencia en brujas o personas que trabajaban la magia, aunque todavía son personajes cotidianos que están presentes en casi todos los municipios. Se consideran efectivas las practicantes de comunidades de Linares, General Terán, Bustamante y, especialmente, las de la congregación La Petaca, el ejido Vaquerías y el ejido Gatos Güeros. Los brujos adquieren sus conocimientos estudiando libros de magia o aprendiendo directamente de familiares y amigos que practican dichas artes. Sus poderes abarcan desde el poder para convertirse en bestias hasta el necesario para matar y enamorar a las personas. Pueden desplazarse a grandes distancias para visitar enfermos, reunirse con “colegas” o proveerse de hierbas; al volar, utilizan fórmulas verbales del estilo “Sin Dios y sin Santa María y hasta los Altos de Vaquerías”. Se transforman en lechuza, cócono, tecolote, cuervo, víbora, perro, vaca, gato (cambian sus ojos por los del felino para ver en la noche); a veces emiten una luz durante su trayecto.

Se cree que estos personajes son invocados con la frase “Ven por chile y sal”, o atrapados con maldiciones y con nudos en un cordel si se rezan las “Doce Verdades del Mundo”. Es común el relato de un pájaro bajado con esta oración y encerrado en la cárcel, sitio del que escapa, o donde se convierte en mujer y suplica la dejen libre. Son diversos sus poderes: enferman, empobrecen, enamoran, contrarrestan “males puestos”, predicen el futuro, ayudan y/o dañan en campañas políticas.

El ámbito de su trabajo se extiende de manera efectiva más allá del área rural; la oferta y demanda de brujas o brujos se mantiene en cualquier colonia del área metropolitana de Monterrey, no obstante la cobertura de programas asistenciales médico-educativos y la dinámica de cambio urbana. Su parafernalia no se limita a los sectores populares; abarca a familias e individuos de la elite económico-política. Hasta suceden casos en los que se ultima, sangrientamente, a personas sospechosas de prácticas brujeriles. Otras ideas asociadas a estos especialistas religiosos es que chupan la sangre y dejan moretones, sobre todo en los niños; asimismo, se sabe que deben entregar un alma al diablo después de cierto número de pacientes como pago u ofrenda por su ayuda. Contra su fuerza o presencia se mencionan la fe en Dios y la Iglesia católica, la utilización de las “Doce Verdades del Mundo”, las tijeras en cruz, rezos, veladoras, “Las Siete Palabras”, limones, ajos, la cruz de palma, la oración de “La Magnífica”, albahaca, el cabresto negro, el sombrero en la cabecera de la cama; además, la educación y el conocimiento, la medicina moderna, la incredulidad.


Un pariente mío se fue para el otro lado y en la orilla de un río había unos sabinos grandes. Sobre aquellos sabinos se acercaban unos pájaros. Entonces mi pariente, que ya vivía ahí, sacaba la pistola con el fin de matar a esas brujas, les daba de balazos con el fin de bajarlas, aunque nunca les dio. Luego pasó el tiempo y volvieron otra vez esos pájaros, y él volvió a hacer la misma cosa, dispararles.

Eso le pasó allá en los Estados Unidos, después se vino aquí pa abajo, a Linares; ya acá, cierta vez estaba sentado cuando se le arrimó una viejita desconocida, la que le dijo:

–Oiga ¿verdad que usted en el tiempo fulano fue al otro lado, a la orilla de Estados Unidos con México?

–Sí –le contestó.

–¿Verdad que usted era uno de esos que sacaba su pistola con el fin de tirarle a unos pájaros que llegaban y se acercaban a aquel árbol?

–Sí, sí es cierto.

–Bueno, pos le voy a decir que yo era de esas que me sentaba allá a descansar, y usted con muy mala fe sacaba su arma con el fin de tirarle a uno, pero no tenía usted poder suficiente para que su arma reventara [disparara]; y yo me sentaba allá nomás a descansar, no con el fin de perjudicar a alguna persona. Uno es como usted que ya va cansado y se sienta a descansar, así lo hacía yo, me gustaba aquel lugar pa descansar y usted obraba de mala fe, pero no se le concedió.

Sin conocerla se arrimó y le dijo eso. Luego, sin más, le volvió a decir:

–Quiero ser su amiga, el día que se le ofrezca vivo en La Petaca, mi nombre es fulana de tal y pa lo que se le ofrezca visíteme, vaya a platicar como unos amigos...

(Miguel Escobedo Puga y Rosendo Torres González; Iturbide)

A los sepultureros la muerte no les espanta, más miedo le tienen a los vivos que muy misteriosos llegan a los panteones a enterrar retratos, frascos y dejar otros objetos encima de las tumbas...

“Sí siente uno miedo en la noche aquí cuando uno es chico, pero ya luego cuando anda trabajando sabe que no pasa nada, el único detalle son gentes que vienen según ellas a hacer limpias o algún otro tipo de embrujo”, dice Salazar Lara.

Lo que generalmente esas “misteriosas” personas llevan a los cementerios son monos de cera, retratos de hombre o de mujer, de parejas; a veces dejan en un trapo cebollas, clavo, chiles, ciertos polvos o frascos con líquido, las depositan, cuentan los empleados de cementerios, alrededor de tumbas, porque ahí las han encontrado ellos mismos o algún familiar del difunto cuyos restos reposan en la fosa elegida por los “hechiceros”. No sabemos lo que buscan, muchas veces nos preguntan: ‘Oiga, alguna persona que haya muerto de esta forma, de algún disparo, un choque’, pero no les decimos porque a lo mejor quieren hacer algo con eso”, comenta el joven sepulturero.

(María de Jesús Ávila, “Temen más a los vivos que a los muertos”, en EL Norte, Mty.,

2-X-1996, p. 1-B)

Cierta vez tres niños entraron a un jacal de Terán y en un rincón hallaron muchos monitos de lodo y madera, los monitos tenían clavadas espinas, agujas; otros estaban mutilados. Ni tardos ni perezosos los peques llevaron sus juguetes nuevos al monte para quitarles agujas, espinas, y arreglar sus defectos.

Entonces sucedió lo increíble: al tiempo que los niños jugaban (y cuidaban de sus monitos), individuos de la región empezaron a levantarse de sus convalecientes lechos, sanaron de extrañas enfermedades, dejaron de sufrir dolores; hubo incluso una joven que saltó viva de su ataúd ¡cuando la llevaban a enterrar! Desde luego, la historia tiene un lado trágico: una descuidada familia –con fama brujeril– quedó sin clientes, desempleada.

(Anecdotario popular de General Terán)



Véase: Amuletos, Brujas-bailes, Cabresto, Cócono, Cuervo, Curandero, Embrujamientos, Emplazamiento, Enyerbada, Huesos, Lechuza, Libros de magia, Magia, Mal puesto, Monitos, Nagualismo, Doce Verdades del Mundo, Petaca, Sol.

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