domingo, 8 de febrero de 2009

Burro.

Este cuadrúpedo fue un medio de transporte fundamental en la región durante la Colonia y buena parte del siglo XIX, importancia que todavía conserva en la zona montañosa. Existe una serie de narraciones que lo asocian al diablo, al remolino de viento, a una carga de oro extraviada, a la entrega de imágenes de Cristo, y a las transfiguraciones de los diableros. La gente del campo augura cambios de clima cuando sacude sus patas posteriores, y atribuye a su leche propiedades benignas en la curación de enfermedades pulmonares o contra la anemia.

La leche de burra es buena para la anemia, es como un medicamento, aunque yo creo que los doctores ni creen en eso.

Sí, tomar leche de burra cuando la acaban de ordeñar es bueno para anemias profundas; el líquido es muy color de rosa, dicen, yo no la conozco.

(María Dolores Cárdenas Bravo; Hualahuises)

Bueno, platican que unos... una vez llegaron unos ingenieros ¡pos a un lugar donde había un ranchito!, en el campo. Esos ingenieros iban a investigar acerca de unas presas que se iban a construir, ¿verdad? Entonces, comiendo en cierta casa, alguien les dijo:

–Miren, no se vayan a tardar, no se vayan a tardar mucho porque va a llover, y nada vale que llueva, después ustedes no van a poder pasar por esa cañada. Porque ésa se crece mucho, trae mucha agua y ustedes se van a quedar allá sin comer.

Para esto, dicen que fue una señora quien ¡pos en sus conocimientos que tenía! les advirtió eso.

Y los ingenieros comentaron “¡Nombre! esta viejita ¡pos qué sabe!”.

Pero ella tenía sus conocimientos, su creencia... y pos resulta que como cosa adrede se vino bien fuerte la lluvia y se creció la cañada, y los ingenieros se quedaron de aquel lado de la cañada sin comer y sin nada, allí solos.

Bueno, pos otro día que ya amaneció y pudieron pasar, uno de ellos recordó lo que había expresado aquella señora y le preguntó:

–Oiga señora, ¿por qué, cómo supo usted que iba a llover si no había ni nubes?

Y ella respondió:

–No ¿sabe lo que sucedió? Que en la mañana vi que se levantó el burro, luego se atirantó y sacudió una pata. Cuando eso sucede nosotros tenemos la creencia de que anuncia lluvias; por eso llovió.

Y la contestación del ingeniero fue –le dijo a su compañero:

–¡Vámonos, vámonos!, porque aquí los burros saben más que nosotros.

(Nemesio Samaniego Mendoza; Lampazos)

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