sábado, 25 de octubre de 2008

Cielo.

El firmamento es considerado, en primera instancia, personificación divina. Le piden deseos, se le agradecen peticiones y se le utiliza como testigo de los asuntos terrenos. Igualmente se considera que de las alturas pueden llegar bendiciones o desgracias (milagros, desastres naturales). Algunos conciben situaciones tristes cuando llovizna sin haber nubes, afirman que es el llanto del cielo por tragedias inminentes. Además, la bóveda celeste es la morada de Dios, la Virgen, los ángeles y los santos: sitio a donde van a dar las almas de los muertos que en vida tuvieron una conducta ejemplar.


Esa canción, “Príncipes del cielo”, la compusimos porque cuando estábamos morritos pasaba por la cuadra un ruco con un triciclo que juntaba botes y periódico, era amigo de nosotros y platicábamos con él. Nos decía que se peleaba con un tigre de aquel lado del cerro de La Silla, y cosas así. Siempre lo esperábamos para que nos contara sus aventuras.

Pero una vez andábamos muchos güerquillos en la calle matando a los “abuelitos”, esos insectos como hormigas con alas que salen después de que llueve; andábamos con tablas y chanclas aplastándolos cuando llegó el ruco del triciclo; ¡nombre!, se enojó y nos correteó, nos quería pegar. Luego nos juntó a todos y nos regañó, dijo que no anduviéramos haciendo daño a esos animalitos porque eran los príncipes del cielo, que si hablábamos con ellos podían guardarnos secretos y cumplirnos deseos porque volaban hasta donde estaba Dios. También dijo: “Bueno, a lo mejor los deseos no se los cumplen, pero pueden estar seguros que sus secretos no los va a saber nadie más”.

Después pasó el tiempo, ya no lo volvimos a ver, quién sabe qué se haría. Pero nos acordamos y por eso compusimos –mi carnal Tony y yo– la rola “Príncipes del cielo”:



Hoy que acaba de llover

y que el aire fresco

vuela en silencio

esperaré a verlos

a los príncipes del cielo (...)

Mi alma quiere volar

irse y nunca regresar

quiere irse lejos

con los príncipes del cielo

no la dejaré partir

no dejaré que me deje aquí.

Les diré un secreto

a los príncipes del cielo

voy a pedirles un deseo

un deseo algo bello.


(Cano Hernández, canción “Príncipes del cielo”)

Véase: Astros, Camino del cielo, Camino de Santiago, Centella, Cometa, Luna, Nubes, Rayo, Serpiente de agua, Sol, Tamborileros, Tempestad, Trueno.

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