lunes, 5 de enero de 2009

Camaleón (Physrnosoma cornutum).

Reptil al que se asigna influencia benéfica en cuestiones de amor; se utiliza como amuleto (disecado, molido). Además, nuestra gente le atribuye poder sobre los vientos y las aguas; acostumbra colgarlo de cercas y arbustos en tiempos de sequía para invocar corrientes de viento y lluvia. Se suele decir que se alimenta de aire y algunos lo llaman “torete”.

Todavía ahorita dicen que hay gentes que se protegen con animalitos del monte pa que haiga cariño.

Bueno, a mí me platicaba un muchacho amigo mío –ya hace muchos años–, me platicaba que el camaleón era muy bueno porque lo matabas y lo ponías a secar, y ya seco lo molías. Y afirmaba que luego se usaba el polvo, ¿verdad?, para echarle a las mujeres. Entonces las mujeres ¡pos se casaban o se enamoraban de aquella persona!, de aquella persona que les echaba polvo de camaleón...

La gente más antes pescaba el camaleón... ya ven que ese animalito tiene unos cuernos, bueno, ahí en esos cuernos le amarraban cualquier hilito y lo colgaban, y cuentan que a los dos, tres días, se venía el agua, la lluvia.

Pero ésas eran costumbres que ya pasaron, porque ahorita no, –cómo les diré– ahorita la gente pos no es creyente.

(Juan Cruz Alonso y Jesús Cruz Alonso; Lampazos)

Los camaleones son pa la buena suerte. En mi sierra sí hay porque una vez pisamos dos yo y mi abuelo. Andábamos por entre el monte siguiendo unos venados y salieron dos animalillos de ésos. Son así como sapos, pero de color gris y con bastantes puntitas arriba, puntitas así como las que tienen las iguanas.

Esos camaleones mi abuelito los mató con el rifle, ¡pero ni les salió sangre!, y cuando se los echó a la bolsa iban pataleando, casi vivos.

Se los echó a la bolsa y luego ¡pal mes o dos! ya decía la gente “¡ah, Valeriano trae... si bieras visto la muchachona que trae!”. Y eso que ya... ya está viejo mi abuelo. Bueno, pues así como está de viejo, decían “¡no, si bieras visto la muchachona que trae Valeriano, nombre, te asustas!”.

Ese camaleón que mató y guardó mi abuelo se fue acabando en la bolsa y quedaron los puros huesos; después de traerlo en la bolsa tanto tiempo se secó el animalito.

Trayendo un camaleón se te pegan las muchachas. Haz de cuenta que alguien dice “¡ira! qué bonita aquella muchacha”; así, la muchacha al ver a alguien que porta un camaleón presiente algo –pero por el animalito. Entonces ella va y le habla al muchacho (la mujer sola, sin que el hombre le hable). Va la muchacha sola a declarársele al chavo, y eso es por el animalito, por el camaleón.

En el pueblo yo he visto a mucha gente que los trae, o sea... más bien les he tocado las bolsas donde los llevan; así, a amigos míos les atoco las bolsas y les digo:

–¿Qué traes ahí?

–Nombre, nada –contestan, pero no les creo.

–¡Órale!, me tienes que decir qué traes ahí.

Así, hasta que algunos me dicen por fin qué traen. Entonces sacan el camaleón forradito pa que no se acabe, pa que dure muchos años.

Eso lo he notado en primos y amigos. Un amigo y un primo míos tienen un rancho llamado La Hacienda Villafaña, que está en la salida de Monterrey, allá donde termina Monterrey. Ellos usan el camaleón, o sea, van a la cacería y matan animales de ésos, y cuando los venden, los venden en dos o trescientos mil pesos, máximo cuatrocientos; así, camaleones grandotes y chiquitos.

(Víctor Hugo Briones Valdez; Rayones)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno en este mundo todo puede pasar hay cosas que aún el ser humano no compende solo Dios sabe todos los misterios que esconde su creacion

Unknown dijo...

Va eso no es de DIOS y luego se preguntan por qué está enojado y no nos libra de está pandemia