La memoria popular recuerda a hombres armados que robaban, traficaban y escondían su botín en lugares inhóspitos; por ejemplo, en cuevas, cimientos de construcciones abandonadas, túneles. Los bandidos aprovechaban su amplio conocimiento del ámbito rural y se beneficiaban de las revueltas sociales. Entre los más socorridos por la memoria colectiva están: Agapito Treviño “Caballo Blanco”, el huachichil Huajuco, el indio Pedro José, y el “Ojo de Vidrio”.
En el Cerro de la Tetías hay una cueva, según esto, de bandidos, ¿verdá?, de bandidos. Y contaban que esos bandidos querían... pos como que deseaban levantar una revolución o algo así.
Parece que eran bandidos de varias partes, ¿vedá? de varios estados. Éstos se empezaron a juntar y luego buscaron un escondite, ¿vedá? Porque ese cerro que les digo yo tenía una cierta entrada, a sus peñas, por abajo, ¿vedá? Ese era un lugar que los protegía a ellos, ya sea del tiempo o de sus enemigos.
(Susano Perales Hernández; Linares)
Dicen que era la casa de unos bandidos quienes iban y asaltaban el ferrocarril El Nacional, yo creo que cuando empezó ese tren. Dicen que mataban a todos los soldados y se venían corriendo de la estación vieja, luego se metían al río y ya no los encontraban. Los perseguían los soldados, pero al llegar al río se desaparecían por una entrada secreta.
(Álvaro Sepúlveda; Villa de García)
Véase: Agapito Treviño, Cueva, Huajuco, Pedro José, Tesoros, Túneles.
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