domingo, 25 de noviembre de 2007

Libros de magia.

Volúmenes consultados por brujos, curanderas y diableros para iniciarse en las artes mágicas y practicarlas. El más conocido es el Libro de San Cipriano. Al parecer, se trata de reimpresiones de tratados mágicos medievales.

Esa viejita traía un libro aquí... que le decían el Libro de San Cipriano. San Cipriano fue un mago, fue un hechicero, y luego se convirtió al cristianismo, después fue Santo. Por eso esa viejita vivía con ese libro, porque tenía muchas recetas.

(Carlos Sepúlveda; Hualahuises)

¡Señor de mi vida!, en la lectura está todo...

Hay un libro que ése lo “designora” mejor que nada para que haga cosas, para que haga y deshaga; leyendo ese libro puede abrir cualquier puerta de un soplido... no necesita llave, no necesita nada. Nada más con que usted sepa lo que viene ahí. Pero ¿para saberlo hacer? Eso es pura secretería de la magia negra; yo nunca la hice, nunca lo hice.

(Clemente Cázares Mendoza; Mier y Noriega)

Nos contó que estudió “medicina” en San Antonio, donde perteneció a la secta de los “Crucicistas”. Lo que sabía de cartomancia y magia negra lo aprendió ella sola de “sus libros de ocultismo”. Orgullosa y desafiante nos recalcaba que ella había podido estudiar y que no explotaba a la gente. Nos confesó entre pláticas que sus padres eran ganaderos, que nunca tuvo que depender de sus poderes para vivir, sólo lo hacía por el bien comunitario. Traía colgada un imagen de la Virgen de Fátima y una estrella de seis picos. Al cuestionarle sobre alguno de los títulos de los libros en los que había estudiado, se encrespó tanto que se negó groseramente a contestarnos.

(Yosune Ibarra, Gustavo Herón, “Notas de campo”, Cerralvo, 4-X-1997)

Véase: Bruja, Curandero, Diableros, Magia.

No hay comentarios: