viernes, 30 de noviembre de 2007

León de la sierra (Felis concolor).

El puma americano o “león de montaña” es un carnívoro que, a pesar de su mala fama y de ser perseguido tenazmente, campea en nuestra entidad. En las comunidades de la cordillera se cree que protege a las personas que se internan en el monte, pero sólo por tres noches: la cuarta puede devorarlas. Así, en el ejido Los Ángeles, de Linares, un anciano contó que cuando salían a tallar ixtle no duraban cuatro días en las faldas de la montaña para evitar que este animal se los comiera. Según los relatos, el felino camina en círculo previniendo de inminentes peligros, especialmente del ataque de un “tigre” (probable jaguar). Quizás por lo anterior se tiene estima de su cráneo, piel, colmillos y uñas; estas últimas se guardan con aprecio o son utilizadas como atavíos y amuletos en llaveros, collares, cadenas; también los pantalones elaborados con su cuero eran estimados por habitantes de la sierra de San Carlos, Tamaulipas. A su carne y grasa se les atribuyen propiedades curativas; su grasa es usada para hacer trampa en carreras de caballos: colocada en las patas del equino, éste se desboca rumbo a la meta mientras la estela de su olor obliga al contendiente a salirse del carril, permitiendo al primero ganar. La gente del campo conoce sus hábitos, y saben que a veces come de los venados que caza, pero cuando mata ganado lo rastrea y embosca hasta darle muerte. Si esto llega a suceder, lo acosan con ayuda de “perros leoneros” o lo envenenan con carne enyerbada. Es prototipo de valentía y sagacidad, existen corridos que utilizan el símil hombre-león para remarcar dichas características.

Cuando va un señor al monte tiene que poner tres veces una lumbre (tres noches), porque si no, lo mata el león; si prende las lumbres tres veces, el león lo cubre de los demás animales para que no lo ataquen (...)

Mi papá un día estaba malo, muy malo, y entonces le dijo a la virgen que si lo curaba se iba a ir por el cerro hasta Monterrey (a pie). Y ya en el camino mi papá dijo que juntáramos leña para prender lumbre. Y luego la prendimos y la dejamos toda la noche encendida para que nos cuidara (las tres noches); y al cuarto día mi papá dijo que ya no prendiéramos, que porque después nos podía atacar el león... ese cuarto día llegamos a Monterrey y agarramos el autobús para El Chorrito.

(Mario Alberto Espinoza Verdín; Iturbide)


No, los camaleones se usan para la buena suerte: un camaleón vivo. Lo traen al pobre animal sin comer y sin nada, y dicen que es pa la buena suerte. Pos la gente así es de creyente ¡que el camaleón!, y yo sí creo, pero en otras cosas; traigo una uña de león. Mataron a un león y dije “oye, tráime una uña”. En ésa sí creo porque el león es el rey de la selva, ¿vedá? Y sí tengo la uña de león, la uña de león sí es buena suerte.

La gente que puede, pues, la manda a encasquillar, en oro.

Ese león del que yo tengo la uña lo mataron aquí en la sierra, más pa arriba del ejido El Poblado. Pero el león de las sierras de aquí no tiene melena, no es como el africano, es como un perro grande con la cola muy larga, de orejas chiquitas.

Sí, la uña del león es buena, quién sabe por qué, ¡no, pos, es creencia! ¿Qué poder puede tener un hueso?

Aquí el cuero del león no lo utilizan, pero sí se comen la carne y el cebo, es muy bueno para varias enfermedades. El cebo de león, sí a usted le duele aquí, en la nuca, o está lastimado, se lo frota en la parte adolorida y se compone. Tiene poder curativo el cebo de león. Sí, para una dislocadura –­esa luxación, cuando se zafan los tendones– se pone esa manteca y luego ya, lo compone totalmente el sobador.

(Guadalupe Sépulveda Hernández; Hualahuises)


Véase: Amuletos, Cacería, Enyerbado, Gato, Pantera.

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