miércoles, 30 de abril de 2008

Espíritus.

Se encuentra extendida la creencia de que los espíritus de los muertos “visitan la tierra” y “se les da permiso de regresar” durante ciertas fechas del año, especialmente durante los primeros dos días de noviembre y en el aniversario de su natalicio o fallecimiento. Algunos nuevoleoneses conciben que las almas de los recién fallecidos permanecen en el hogar días después de su defunción, y que cuando alguien va a morir ve los espíritus de seres amados difuntos; éstos charlan con el convaleciente y le recomiendan cosas. Otras referencias aseguran que las almas de los muertos viven junto a nosotros, mientras que los espíritus de los vivos pueden viajar durante el sueño. Existen además invocaciones y devoción casi extintas a manes de la naturaleza como el “Espíritu del río” y “Santa Tais del Monte”.

El espíritu del que se muere...

Hay unas personas, ¿verdá?, quienes creen que el espíritu se reencarna ¡pos que en un animal, o en otra cosa!, y oiga ¡pos quién sabe! Pero dicen que el espíritu del que se muere ¡ése no muere!

(Pedro Jaramillo Rodríguez; Villa de García)

Dicen que los espíritus no se retiran hasta los, ¿qué?, ocho días, que anda el espíritu volando por ahí; y yo también digo que algo hay de cierto en eso porque... bueno, la carne ya sabe uno que se pudre y se acaba, pero el alma o el espíritu de uno ¿a dónde va, qué es? Eso es lo que nunca ha podido la gente darse cuenta. Dicen que después de muerta una persona el espíritu sigue tres días en la casa, quién sabe si será cierto.

(Juanita Hernández Briceño; Lampazos)

Cuando las mujeres llevan una criatura chiquita levantan una piedra antes de pasar el río, levantan una piedrita y ya pasan el río. No sé qué superstición es ésa. ¡Ah!, ya me acordé, es pa que no... pa que el espíritu del niño no se quede allí.

Lo mismo sucede donde hay cruces, porque donde hay una crucita es que ahí mataron a alguien o sepultaron a alguien. Entonces pasa uno y levanta una piedrita para aventarla ahí. Yo he visto crucitas que están con el alto [montón] de piedritas, de tanta persona que pasa y avienta la piedrita.

(Natalia de la Rosa; Linares)

Bueno, por ahí vi a mi padre y a mi madre que ya están muertos, los vi a los dos. Los veía y oí que él me habló, dijo:

–¿Tú eres Lencho? –me dijo.

Le contesté:

–Si papá –le dije– ¿qué anda haciendo aquí?

Dijo:

–Pos –dijo– vine a verte.

Y le dije:

–Pero ¿pos a usted lo mataron? –le dije... le dije yo en el sueño, fíjese.

–No –contestó– a mí no me mataron –dijo–, yo me fui muy lejos de aquí...

Pero el que se va es el espíritu, sí, el espíritu.

(Florencio Pedraza; Hualahuises)

Véase: Ánimas, Curandero, Gato, Emparedados, Enterrados, Espíritu de Pancho Villa, Muerte, Niños, Piedras, Sombra.

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