lunes, 25 de mayo de 2009

Águila.


Algunas personas utilizan extremidades de este animal como amuleto, o como elemento decorativo: en los espejos retrovisores de autos; en llaveros. Otros reproducen la efigie de su cabeza en objetos de metal: destapadores, cachas de cuchillo.
En una historia procedente de Linares se narra que el pájaro renueva sus garras, pico y plumaje, cada cierto tiempo. A semejanza de otras aves de presa, es símbolo de valentía y de vida rústica.

El águila es muy viva; dicen que cuando ya está muy vieja, muy viejita, el águila se pierde en la sierra, ¡no sale pa’ nada! Se deja de ver, y se le ponen las uñas muy gruesas, también el pico. Luego se pone a desplumarse toda porque ya está muy vieja.
En las peñas de la sierra empieza a raspar las uñas y el pico pa’ que se le caigan, para que se le caiga todo lo de encima, hasta que otra vez, de vuelta, vuelve a emplumar.
Eso sí es cierto: vuelve a emplumar, a emplumar. Le salen uñas nuevas y su pico otra vez. Entonces sí, ya nomás se viste bien y a... Dice: “ya me voy a volar”, se va a juntar otra vez con todos los pájaros.
Esa historia del águila sí es verdad; allá en la sierra se esconde, se esconde ‘onde no la vea la gente y se empieza a quitar ella las plumas: todas, todas, todas.
Golpea el pico en las peñas para que se le caiga; las uñas, igual.
Dicen que después se viste toda toda de nuevo. Bien bonita queda.
(Esther García Vázquez; Linares)

-Aquí guardan las garras de las águilas, o de los halcones.
-Y qué les hacen.
-Nada, las traen como... tipo amuleto.
-A poco la gente cree que...
-¡No!, pero las traen como cosa llamativa o algo así.
-¿De adorno?
-Sí, de adorno; dejan secar toda la patita y las garras, y luego le amarran un hilo de cobre y la cuelgan donde traen el retrovisor; el espejo de las trocas.
(Gina Cadena Rodríguez, General Treviño)

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