Copla sagrada que en el ritual funerario tiene la misma función que el Alabado: evitar que el espíritu maligno se apropie del alma del difunto. También se entona por otros motivos: sortear la influencia de la mala hora (el diablo), e invocar lluvias. Alabados y Alabanzas se interpretan en comunidades de la zona centro-sur, y en áreas de montaña, aunque la segunda es más común en las fiestas patronales, procesiones y pastorelas, expresando un tono y sentido diferentes al funerario: de comunicación con la divinidad.
Las alabanzas eran tristes. Al oírlas, lloraba cualesquiera; los familiares con más ganas. Una de esas alabanzas decía:
Padrecito de mi vida
pues ya no me estén llorando
con verme aquí en este estado
la gloria me están quitando
la gloria me están quitando.
A los presentes y ausentes
que me están acompañando
en la gloria nos veremos
sólo Dios sabe hasta cuándo
sólo Dios sabe hasta cuándo.
(Lolo Calvo; Linares)
Adiós hija del padre
madre de mi hijo adiós
del Espíritu Santo
adiós, adiós, adiós.
Adiós reina del cielo
madre del Salvador
adiós ¡oh madre mía!
Adiós, adiós, adiós.
(Fragmento, Alabanza de la Sierra Madre Oriental; Iturbide)
Véase: Alabado, Curanderos, Magia, Mala hora, Muerte, Muerte-Ritos fúnebres, Procesión.
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