sábado, 20 de octubre de 2007

Mal de espanto.

Alteración física y emocional acentuada, sobre todo, en los niños. Se origina a raíz de una fuerte impresión o susto causados por un suceso inesperado, éste puede ser el encuentro repentino con un animal, presenciar un accidente o tener una visión inexplicable. Su cuadro sintomático es: falta de apetito, tristeza, ensimismamiento, inquietud repentina y temores. Al igual que el mal de ojo, no es reconocido ni tratado por la ciencia médica, por lo que la misma comunidad prescribe para su alivio “limpias” con oraciones, albahaca, huevos, piedras de alumbre, pirul, rosarios y crucifijos manipulados a lo largo de todo el cuerpo en forma de cruz.

A mi hermano lo curaron de espanto porque iba caminando por el arroyo, para la casa, cuando pasaron bastantes caballos que lo asustaron. Llegó llorando a la casa, pero después mi abuelita lo curó con poleo y también con un huevo. Lo curó hasta que pasaron varios días, se compuso, y ya no lo volvieron a asustar.

(José Rafael Bazaldúa Lamas; Iturbide)

Antes curaba yo de susto y echaba rifas, pero ya desde que vinieron esos de los aleluyas [protestantes] me dijeron que eso no era bueno, que no anduviera haciendo eso porque no era bueno y lo dejé...

Barría a la gente con tres padres nuestros y tres aves marías, y Dios te salve, casi siempre empezaba: “Por esta cruz perdida donde fue derramada la sangre de Cristo, aquí curo susto y espanto y suspensión del corazón, que se espante el susto”; con la persona que fuera hacía eso tres veces, tres noches.

(Dora Elia López de Salinas; Melchor Ocampo)

A mí mi abuelita me curó de espanto, yo andaba afuera cuando se me apareció una chiva, entonces me metí para la casa y le dije a mi mamá, porque me asusté; luego, para curarme, echaron una piedra lumbre amarrada con poleo: me barrieron. Entonces me dijo mi abuelita que echaron la piedra a la lumbre; así es, la mete usted a la lumbre y... y ya cuando dure una hora en el fuego la saca, hasta que esté ardiendo, y ahí sale formada la figura que lo asustó a usted.

(Carlos Manuel Escobedo Arredondo; Iturbide)

Véase: Curandero, Espantos, Revolución del agua, Tejón.

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