miércoles, 25 de junio de 2008

Diablo.

Las creencias en torno a la existencia del diablo son amplias; son coincidentes aquellas donde toma apariencia de remolino de viento y de animales. De estos últimos, los más comunes son el perro negro, el burro, el caballo negro, el toro, el venado, el gato, el chango y el marrano. También se presenta en figura de niño parlante y con colmillos, como un ser indefinido de ojos brillosos, un caballero elegantemente vestido e, incluso, “en cualquier forma”. Lugares propicios para su invocación y aparición son el monte cerrado, el cruce de caminos, las tragedias, el baile de brujas y la cueva. Pocos seres tienen tantas denominaciones, ya que se le conoce como “demonio”, “maligno”, “chamuco”, “Satanás”, “malhora” o “mala hora”, “cosa mala”, “espíritu del mal”, “el colorado”, “pingo”, “cuco”, “ángel caído”. Igualmente se le asocia a un ánima, “Santa Tais del Monte”, que se invoca para encontrar animales perdidos. Es posible escuchar menciones acerca de su firma en la piel de personas condenadas y en libros de magia negra. Perviven cuentos de muchachas casadas con él y de músicos que lo acompañaron a fiestas, así como relatos que explican por qué ya no existe. Entre los amuletos contra su fuerza suelen encontrarse objetos como las cruces hechas de palma bendita y otros símbolos católicos. Antes, la sola mención de su nombre propiciaba temor de su presencia; actualmente es personaje común en los chistes.

Decían que se aparecía muchas veces en forma de cristiano... pero era plática, también en forma de animal se podrá aparecer, ¿verdad?, pero no, no era una creencia muy formal, no... Afirmaban que se podía aparecer en forma de un animal como el perro, y pos en el animal más malo que pueda haber: en el gato.

(Manuela García de Flores; Melchor Ocampo)


Sí, habían gentes que hacían pactos. Tenían valor y hacían pacto, había muchos que hacían pactos... Pero ahora dicen que al condenado diablo le hablan y le hablan y ¡no sale! Platican que hay muchos que le hablan en un cruce de tres caminos, ¡pero ya no sale!
Oyes, y de eso platican un chiste, que andaban unos güercos bien méndigos en el río bañándose cuando dijo el diablo: “Voy a darles un susto a estos cabrones yo”. Y se apareció en forma de un burro, por lo que gritaron todos: “¡Miren un burro, a montarle!”. Y le brincó un niño, le brincó otro y... entre más lo montaban el burro se iba haciendo más grande y más grande, pero los cabrones, luego que ya se subieron todos, dijeron:
–¡Oye! ¿¡Qué pasó con este burro, por qué va tan grande!? ¡Híjole! –dijo el que iba montado al último– no tiene... vamos a hacerle cola al burro porque no tiene agujero... ¡traigan una lezna!
–¡Nombre! –brincó el diablo.
Luego dijo:
–¡Si no me voy me agujeran!...
Resultó que los güercos eran más diablos que el diablo. Desde entonces dicen que no hay diablo.
(Guadalupe Sepúlveda; Hualahuises)

En Chihuahua se decía que durante la semana santa, pero sobre todo el viernes santo, el diablo anda suelto y se manifiesta en los ventarrones de esos días.

(Prieto Chávez, Parral, Chihuahua)



Véase: Baraja, Bruja, Brujas-bailes, Caballo, Cabresto, Ceniza, Coyote, Diableros, Espantos, Gato, Libros de magia, Magia, Mala hora, Remolino de viento, Sol, Toro, Tecolote, Venado.

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