domingo, 15 de junio de 2008

Duendes.

Se les identifica con gente pequeña que representa a niños muertos sin bautizar o “niños del limbo”. Trafican, trabajan y hacen travesuras en las hogares durante las noches, desde limpiar las cocinas y barrer, hasta cambiar los objetos de su sitio y atar las cintas de los zapatos. Los rumores sobre sus correrías se extienden a nuestras urbes, donde lo mismo se les ubica en el corazón de fábricas que en la lírica y creencias de grupos rockeros. Son una figura efectiva para asustar o con la cual se identifica a los niños traviesos.

Pos allá dicen que los duendes que se... que se levantaban a media noche y hacían la lumbre en la chimenea, ponían el café y dejaban todo limpio en algunas cocinas los duendes; que traficaban, y ya pa cuando se levantaba la gente estaba todo bien hecho, y eran los duendes.
(Rafaela Bravo Martínez; Hualahuises)

Yo no lo vi, pero nos platicaron...
Vivieron en el rancho La Anacua y decían que allí había duendes. Platicaban mi papá, ¿verdá?, y mis tíos, que había duendes... Que ellos se salían y dejaban, por ejemplo, los frijoles en la lumbre ¡y los duendes le atizaban la lumbre! Ellos les prendían la lumbre... le echaban agua.
Total, contaban que no los dejaban dormir, no los dejaban descansar porque ¡hasta les hablaban! También platicaban que ya cansados una vez se iban a cambiar de ahí (porque ya no los soportaban), se iban a cambiar de ahí para otra parte, ya llevaban todas sus cosas, pero se les había olvidado la escoba, entonces dicen que iban muy lejos con la mudanza cuando se acordaron:
–Oye ¡pos se nos olvidó la escoba!
Y que gritaron atrás los duendes:
–¡Aquí la llevamos!
Los iban acompañando.
(María del Refugio Pequeño; Hualahuises)

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