sábado, 5 de julio de 2008

Desobedientes.

Hijos que por no respetar a sus padres o transgredir una costumbre reciben un castigo ejemplar. Entre los casos más representativos se encuentran los enterrados y las mujeres convertidas en sirena. Se refieren para atemorizar o prevenir a quienes no acatan la autoridad familiar.

Bueno, una mujer se estaba peinando y le dijo la mamá que fuera a peinarla a ella, pero como la hija no quería, le contestó: “¡Ay mamá, cómo friega usted!”.
Como quiera al fin agarró el peine y se puso a peinar a su madre, pero le dio un estirón muy fuerte y se quedó pegada. Entonces se las comió la tierra, se las comió a las dos (a la mamá también). Platican que se veía que estaban así, engarruñadas.

(Concepción Maldonado Guerrero; Hualahuises)

Según esto, alguien le había faltado el respeto a la mamá, por ahí viene la historia. Parece que después de un regaño le contestó a su madre, pero ésta, al irse, le dijo:
–¡Te va a salir el diablo!
–¡Que me salga! –exclamó el hijo desafiante– ¡yo me chingo [peleo] con él!
Y en la noche llegó –cuentan– bien rasguñado, se encontró con el diablo y le tiraba machetazos, le tiraba, pero ¿a quién le pegaba? A nadie, y de allá pa acá no fallaban.

(Juan López García; General Terán)


Véase: Enterrados, Espantos, Sirena.

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